Una alimentación saludable es clave para un mayor bienestar. Cuando la comida es realmente deliciosa, pone de buen humor y fomenta la motivación. La gastronomía integral y el cultivo ecológico de verduras tienen una larga tradición en Sedus, para alegría de sus empleados.
En los restaurantes de la empresa «Oase», en Dogern, y «Loft», en Geseke, todo se cocina en el día. Emma Stoll empezó ya en los años 50 a ofrecer comidas a los empleados de la empresa, entonces con sede en Waldshut. En los años 60, Emma Stoll empezó a interesarse por la alimentación integral, que promueve el consumo de alimentos crudos en vez de cocinados, los alimentos vegetales frente a la carne y los hidratos de carbono frente a las proteínas. En vista de esto, cambió el plan de nutrición de la plantilla y, a día de hoy, los empleados se benefician de la sabrosa y saludable cocina integral del restaurante de la empresa.
¿Y qué pasa fuera del horario de la comida? En estos casos, Sedus también asegura un disfrute saludable. En varios puntos de la empresa, los empleados pueden abastecerse de manzanas y del popular caldo de verduras según la receta de Emma Stoll; todo gratis, por supuesto.
Emma Stoll también empezó en los años 50 a cultivar verduras biodinámicas para la cocina de Sedus, al principio en Waldshut y a partir de los años 60 en las instalaciones de la empresa en Dogern. En 2006, el huerto de la empresa se convirtió en el «Eulenhof», con una comercialización ahora muy amplia y muchas más superficies de cultivo. En las inmediaciones de la Smart Office de Sedus en Dogern, el Eulenhof abastece diariamente al restaurante de la empresa, garantizando así un menú variado y saludable.
La alimentación integral es reconocida desde hace tiempo como una forma saludable de nutrición y es un bienvenido contrapunto a un mundo acelerado y consumista. Con motivo del centenario del nacimiento de Emma Stoll, Sedus publicó el libro de cocina «100 recetas integrales en honor de los 100 años de Emma Stoll».
Las recetas que figuran en el libro cuentan con décadas de experimentación y perfeccionamiento a sus espaldas. Al cocinar la gran variedad de platos, queda claro que la cocina integral no es más compleja ni difícil que la cocina convencional. Al contrario: se aprende muy rápidamente a apreciar en su medida la fruta fresca, las verduras y muchos otros ingredientes deliciosos.
