Page 12 - Hacktivismo
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NOTAS
1 Putnam R., «Bowling Alone», 2000.
2 Bersin J., «New Research Shows Why Focus On Teams (...)», en Forbes. com, 2016
3 Ídem
4 Hu E., «Inside the Bossless Office, where the team takes charge», en www.npr.org, 2013
5 «2016 Workforce Productivity Report», WorkMarket + KRC Research, 2016
6 McDowell T. et al., «Organizational Design: the raise of teams», Deloitte, 2016
7 «Workers are increasingly looking to “design” the perfect balance between their personal and professional lives - and having a boss who will support them is a differentiator in their employment choice», en «Kelly Global Workforce Index», 2015
8 Boynton J., «How the voice of the People is driving CSR», en Harvard Business Review, 2013
9 «In the future companies will survive only if they help solve big social problems» en www.forbes.com, 2014
10 «The future of business citizenship», www.mslgroup.com
La tecnología desempeña un papel fundamental en este cambio, pero las empresas necesitan, sobre todo, un cambio cultural: deben incluir a los empleados en el proceso de definición y decisión de los objetivos de la empresa, permitirles compartir sus experiencias diarias con la dirección y participar en la creación de una empresa cada vez más horizontal. Los empleados también deben desarrollar nuevas habilidades.
Una mayor libertad en el trabajo trae consigo nuevas responsabilidades y oportunidades, como la posibilidad de gestionar mejor el tiempo o de colaborar con otros miembros del equipo para alcanzar objetivos comunes. Al crear estas habilidades, los empleados consiguen «hackear» sus vidas laborales para mantener sus preferencias personales7, perseguir objetivos propios, proponer ideas nuevas o participar en voluntariado.
Las empresas acogen cada vez más estos proyectos, ya que suponen formas nuevas de participación ciudadana o de activismo que crean un sentimiento de comunidad entre los empleados. En muchos casos, las propias empresas proponen programas culturales o sociales en los que todo el mundo puede participar. «Cuando las personas generan un vínculo fuerte con el rendimiento de una empresa o con una cuestión social o medioambiental, un leve murmullo puede convertirse rápidamente en una algarabía que ni el directivo más ocupado podría ignorar», comenta Jen Boynton8.
Una empresa que integra aspectos sociales en su negocio es una empresa que acoge formas democráticas, que cuida de sus empleados y se enfrenta con valentía a los nuevos retos. «En la actualidad, nuestras inversiones sociales se centran en mejorar el acceso a los medicamentos y en crear recursos sanitarios para los más necesitados», dice Caroline Roan, presidenta de la Fundación Pfizer9..
A medida que los millennials se incorpora al mundo laboral y la anticuada RSC se transforma en una «comunidad empresarial activa»10, convertir el mundo en «un lugar mejor» y «hacer negocio» ya no se consideran objetivos diferentes, como tampoco lo es «anteponer los intereses y prioridades de los empleados a los de los clientes y accionistas». Se trata de un cambio de paradigma basado en la creencia de que los vínculos entre la empresa, la comunidad y los empleados generan mayores beneficios y unos productos y servicios de mejor calidad. Es un cambio que transforma el trabajo; los empleados pasan de trabajar lo mejor posible a ofrecer lo mejor de sí mismos.